Photo taken in Thai Mueang, Thailan
Recientemente, la captura de un abusador sexual en serie en el municipio de Soacha ha dejado a la comunidad consternada. Este individuo utilizaba una plataforma de servicios de transporte particular para llevar a cabo sus actos delictivos, aprovechándose de la confianza de las personas que solicitaban sus servicios. Su modus operandi consistía en llevar a las víctimas a lugares desolados, donde las agredía sexualmente, además de golpearlas y robarles. Las autoridades lograron identificarlo gracias al testimonio de seis valientes mujeres que se atrevieron a denunciar los hechos ocurridos entre Bosa y Soacha.
Entre las víctimas se encuentra Alison, una joven de 21 años que vivió en carne propia el terror que este abusador en serie sembraba. Solicitó un servicio de transporte por aplicación en moto en el municipio de Soacha, sin imaginar el calvario que estaba por enfrentar. El agresor la llevó a una zona boscosa, donde la sometió a un abuso sexual. Este terrible acto le ha dejado un trauma profundo, uno que sabe que será extremadamente difícil de superar, incluso ahora que el responsable está tras las rejas.
“Sentí miedo, intenté salir corriendo y me pegó una patada. Me dijo que le diera mis cosas y que no me haría nada. Lo que él hizo no se va a reparar con nada porque uno queda con un daño interno, y lo que él tenga que pagar lo hará allá”, expresó Alison, describiendo el horror que vivió en manos de su agresor. Sus palabras reflejan el dolor y la impotencia que siente, sabiendo que ninguna condena o castigo podrá borrar completamente las secuelas emocionales y psicológicas que ha dejado esta experiencia.
Alison tiene la valentía de alzar la voz y pedir una condena contundente para su agresor. Aunque el capturado se muestra llorando en las imágenes difundidas, ella espera que su testimonio inspire a otras posibles víctimas a denunciar los abusos que hayan sufrido. Su objetivo es que la justicia actúe con firmeza y que el agresor reciba la pena que corresponde por sus crímenes. Al hacerlo, espera que se envíe un mensaje claro de que los actos de violencia sexual no serán tolerados y que las víctimas encontrarán apoyo y justicia en el sistema legal.
Este caso pone de manifiesto la importancia de denunciar y visibilizar los abusos sexuales en la sociedad. A menudo, las víctimas enfrentan barreras emocionales, sociales y jurídicas para hacerlo, pero la valentía de Alison y de las demás mujeres que denunciaron ha permitido que se haga justicia. Es fundamental que se brinde apoyo a las víctimas y que se promueva una cultura de denuncia en la cual todas las personas se sientan seguras al alzar su voz contra el abuso.
En última instancia, es necesario seguir trabajando en la prevención de estos delitos y en la educación de la sociedad en temas de consentimiento, respeto y equidad de género. Solo así se podrá aspirar a una sociedad en la que todas las personas puedan vivir libres de violencia y en la que los abusadores sean debidamente castigados por sus acciones.
