El programa de “paz total” propuesto por el presidente colombiano, Gustavo Petro, se encuentra enfrentando dificultades debido a la creciente violencia perpetrada por las disidencias de las antiguas FARC. Recientemente, el asesinato de cuatro menores indígenas reclutados por el Estado Mayor Central (EMC), la principal facción disidente de las FARC, ha puesto en evidencia los desafíos que enfrenta el Gobierno para iniciar un diálogo de paz con estos grupos. El objetivo de este artículo es analizar los obstáculos que han surgido en el camino hacia la paz y examinar las perspectivas de alcanzar un acuerdo duradero.
El crimen que conmociona al país:
El asesinato de los cuatro menores indígenas reclutados por el EMC ha generado una profunda indignación en la sociedad colombiana. La Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (Opiac) denunció este múltiple crimen, que tuvo lugar en el departamento del Putumayo. Ante esta situación, el Gobierno decidió suspender parcialmente el cese el fuego bilateral con el EMC y reactivar todas las operaciones ofensivas en las áreas donde opera este grupo. El reclutamiento forzado de menores y el asesinato de niños indígenas son actos considerados delitos de lesa humanidad, lo que pone en entredicho la voluntad de construir una paz duradera.
El desafío de los acuerdos de paz:
El presidente Gustavo Petro había anunciado un cese el fuego bilateral de seis meses con cinco grupos armados ilegales, incluyendo el EMC, con el objetivo de sentarse a dialogar y alcanzar acuerdos de paz. Sin embargo, este intento de establecer una tregua ha enfrentado obstáculos desde su inicio. La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) desconoció el cese al fuego bilateral a pesar de estar negociando la paz con el Gobierno. Además, el cese al fuego con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) fue suspendido previamente debido a su implicación en actos violentos. Ahora, la suspensión parcial del cese al fuego con el EMC pone en evidencia la fragilidad de estos acuerdos y la dificultad para mantener la paz en el país.
Perspectivas de diálogo y paz:
A pesar de los obstáculos, el Gobierno colombiano mantiene la esperanza de iniciar un proceso de paz con el Estado Mayor Central. El presidente Petro ha expresado su voluntad de negociar y ha anunciado que compartirá los nombres de la delegación gubernamental para la mesa de conversaciones. Aunque los diálogos estaban programados para comenzar en mayo, su instalación se ha postergado para garantizar la participación de diferentes sectores de la sociedad. Sin embargo, la suspensión del cese el fuego bilateral por parte del Gobierno ha generado una respuesta contundente del EMC, advirtiendo que esto desatará una escalada de violencia y pondrá en peligro los avances hacia una paz total.