La mujer recibió intimidaciones de grupos ilegales en el municipio de Betulia.
La grave situación de orden público en el municipio de Betulia ha generado temor entre los mismos habitantes que, en medio de la situación y la zozobra por la confrontaciones de los grupos ilegales, se atraven a denunciar las situaciones de confinamiento y casos relacionados con desplazamientos intraurbanos.
RCN Radio conoció la historia de una mujer que, por seguridad, no quiso dar su nombre, pero sí relató las intimidaciones que grupos ilegales de la zona, a cargos de quienes se hacen pasar por los alias del zarco y el Bula, según ella, la habrían perseguido e intimidado hasta obligarla hace cinco meses a tener que dejar su territorio.
Su tormenta comenzó el 24 de marzo de este año, justo cuando se encontraba con su familia en una finca en Betulia. Dijo que grupos ilegales le hicieron una llamada, donde le informaban que tenía retenido a su hijo y se lo iban a asesinar.
En medio de su angustia como cualquier otra madre, comenzó a investigar de donde provenía la amenaza. Aseguró que alias quién se hacía pasar por el zarco, un hombre de grupos ilegales de la zona, sería el presunto responsable de estar detrás de las intimidaciones. Manifestó que, supuestamente como a ella la conocían en el municipio, entonces, solo le iban a cobrar un millón de pesos, y si nos los daba, jamás volvería a ver a su hijo.
Con el paso de las horas la situación se puso tensa. La mujer aseguró que, finalmente pudo comunicarse con quienes tendrían retenido a su hijo y, finalmente, pudo darse cuenta cuál era el verdadero propósito de los grupos ilegales: reclutar a su muchacho, pues este, había acabado de terminar el servicio militar y, tal y cómo lo explicó, las estructuras delincuenciales en Betulia querían a su hijo para que este entrenara a otras estructuras.
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La mujer relató que tuvo que pagar el dinero correspondiente por su hijo y, en medio del miedo, y ya con su muchacho, siguieron extorsionándola.
Con el paso de los días, salió del municipio. Aseguró que, en ese momento, solo tenía 15 mil pesos en los bolsillos , pero que, su amor por la familia y el miedo a perderlos, la llevó a dejar sus sueños y a Betulia, el municipio que la vio crecer.
Hoy solo le pide a las autoridades acompañamiento, pues su vida y la de su familia, a pesar de que ya no está en su municipio , sigue en peligro.
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Manifestó que, aunque su historia reposa en la sede de la Fiscalía de Caribe, en Medellín, hasta el momento nadie le ha dicho nada y, por eso, teme por su vida.
Esta es una de las tantas historias que se pueden conocer en Betulia, un municipio que, a la fecha, no solo lleva nueve asesinatos, sino que mantiene conflicto interno entre estructuras delincuenciales, y a un centenar de familias en medio de la angustia.